jueves, 24 de abril de 2014

Un pequeño regalo (15)

Ayrun seguía mirándole sin dar crédito a lo que acababa de escuchar. ¿Le estaba echando del caso? ¿Por qué? Nunca antes le había pedido nada igual, pero la manera en la que le miraba no dejaba lugar a dudas, iba en serio.
Ayrun frunció el ceño y protestó. ''No, no pienso hacer eso, no sin un buen motivo. No voy te he dejado solo en ningún caso anterior y este no va a ser el primero. Y no me digas que es peligroso porque ha habido otros casos igual o más de peligrosos que éste...'' dijo visiblemente alterada por aquella repentina decisión de su compañero. Él se pasó una mano por el pelo y suspiró, no sabía qué decir. Por un momento se preguntó qué hacía el allí, en el cuarto de Ayrun, intentando explicar algo que ni el mismo entendía. Podría haberse inventado una manera, pero Ayrun le habría pillado sin vacilar. Podría haber no contestado y haberse marchado, pero Ayrun no le habría dado tregua hasta saber qué ocurría. No le quedó más remedio que usar la verdad. ''No quiero que te pase nada''. Casi lo espetó, como el que suelta un dato objetivo carente de sentimiento o emoción. Ayrun le miró en silencio unos segundos, y después rió a carcajadas ante la incrédula mirada de él. ''En serio, a veces eres de lo más  raro'' comentó ella sin reír, pero aguantando una sonrisa. Él le miro medio molesto medio confuso. Siguió hablando ''De verdad, es la tontería más grande que te he oído decir. No me importa cuan peligroso sea esto...'' cambió el tono de su voz, más suave ''me siento más segura si sé que estás cerca, ¿Entiendes ? Porque -sé- que no quieres que me pase nada''.
Dejó las palabras flotando por la habitación como pompas de jabón, levantándose y yendo a por su ropa mientras esperaba una contestación. Él no la siguió con la mirada, simplemente había quedado mirando al vacío, recogiendo esas flotantes palabras y asimilándolas con una extraña sensación de determinación acuciante emergiendo de lo más profundo de su interior. Cuando salió de ese estado, Ayrun ya se había vestido y ahora le miraba expectante. Algo había cambiado en su mirada después de aquel silencio... Y aunque no sabía que era, y sabía que él no lo diría, sí tenía claro que él no cejaría su empeño hasta haberlo conseguido.

''Tienes razón, Ayrun. Haz la maleta de emergencia, mañana de madrugada estaremos muertos'' fue su única explicación. Y mientras se iba, Ayrun pudo ver el brillo inconfundible en su mirada. Tenía un plan, y ella no podía esperar a saber de qué se trataba.

En cuanto salió de la habitación, comenzó a preparar su parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario