jueves, 21 de noviembre de 2013

Aprender

"Aprender se aprende todos los días. Otra cosa es que a la hora de la vedad recuerdes lo que un día aprendiste"

Ésto es lo que he escrito este mediodía en mi estado de Facebook. No sé si venía a algo en concreto o simplemente lo he puesto porque se me ha ocurrido así, el caso es que parece a bastantes personas les ha gustado la frase. Y entonces me he dado cuenta de que quizá la frase sea más certera de lo que imaginaba...y me he puesto a pensar, a divagar.

¿Cuántas veces volvemos a caer en la misma piedra? ¿Significa eso que no hemos aprendido nada esa vez que caemos? No, significa que lo aprendemos en el momento, pero que cuando vuelve a ocurrir una situación similar... simplemente no recordamos (o no queremos recordar) lo que aprendimos en su día... y así volvemos a caer.
O ¿quién sabe?, quizá sea simplemente que nos negamos a admitir que la situación es similar o la misma. Quizá nos negamos a recordar ciertas cosas que aprendimos, simplemente porque queremos con todas nuestras fuerzas que el resultado de la operación sea distinto esta vez. Porque tenemos ilusión y esperanzas de que sea así.

Lo que me hace replantearme lo de que "el ser humano es el único ser que tropieza dos veces con la misma piedra". Yo ahora diría más bien.. "El ser humano es el único ser capaz de luchar y pelear contra todas las probabilidades y estadísticas simplemente porque tiene la capacidad de ilusionarse, de soñar, de tener esperanza" Y sinceramente, si lo ves así, ya no te sabe tan mal que estén esas piedras, que vuelvas a caer, que seas tan humano, ¿verdad?.

En fin, aprender es algo que va con nosotros, así como lo es olvidar. Hay cosas que nunca olvidamos, lecciones que marcan tanto que no hace falta volverlas a repetir. De 10 cosas que aprendes, quizá no vuelvas a caer en 1.

Yo de ti he aprendido, de esas que no olvido. Gracias.


domingo, 10 de noviembre de 2013

Mi gran tesoro


Me gustaría dedicar hoy mi entrada a todos y todas las personas que día a día están ahí, aunque no les pregunte, aunque no les oiga, aunque ni siquiera hablemos de continuo... pero que a la hora de la verdad, sea cual sea esa hora, siempre responden a mi llamada, incluso si no llego a hacerla.
A todos ellos, gracias.


No todos los amigos son iguales, y con esto quiero decir, que no todas las relaciones de amistad se crean y sustentan de la misma manera. Hay amigos con los que te hablas casi a diario o cada poco tiempo al menos, y otros con los que hablas sólo de vez en cuando. Hay amigos con los que siempre estás riendo y siempre (o casi siempre) estáis de acuerdo, y otros con los que tienes roces y discusiones en ocasiones. 
No es más fuerte una amistad que otra sólo porque haya más días al mes en los que os veáis. Hay amistades que son de otra forma, que perduran en el silencio y la distancia durante mucho tiempo, meses incluso, hasta años... y que en un momento dado, si lo necesitas, esa persona estará ahí para ti como si no hubiera pasado ni un día desde que os disteis el último abrazo. Porque eso es la amistad.
No es más fuerte una amistad que otra sólo porque no haya roces ni discusiones. Hay amistades con las que a veces chocas, porque existen las opiniones diferentes. A veces incluso se puede llegar en el calor de una discusión a alzar la voz, a decir alguna tontería, pero igualmente, incluso si acabáis de tener una de esas discusiones, si lo necesitas, esa persona se tragará su orgullo, ni siquiera pensará en él, y estará ahí para lo que sea. Porque eso es la amistad.

Hay amistades que se forjan en cuestión de días, y amistades que se forjan en cuestión de años. Ninguna es mejor que la otra. Simplemente a veces pasa que conoces a alguien que en seguida se gana tu confianza y tú la suya, y otras veces necesitas que ocurra algo para darte cuenta de que una persona realmente debería ser tu amiga, que puedes confiar. Lo que realmente importa es que desde que el momento en el que se crea, esa amistad sea fuerte y dure.
Hay amistades, como ya he dicho, de muchos tipos. Hay amistades que rebosan cariño, amistades que se centran más en el respeto y la admiración, amistades que basan sus cimientos en la confianza, amistades que se apoyan más en la continuidad. Y hay amistades que mezclan todos o algunos de estos aspectos, e incluso las hay que a mi se me escapan ahora mismo.

Hay muchas personas que pasan por la vida de uno. Algunas lo hacen para quedarse y otras están de paso. No todas las que se quedan son amigos, y no todas las que se van tienen por qué no haberlo sido. Simplemente a veces dos caminos se separan demasiado, y muy pocas veces se vuelven a unir. 
Yo doy gracias por lo que me ha tocado, doy gracias por los amigos y la amigas que tengo, porque realmente siento que puedo contar con ellos en cualquier momento. Y no sólo lo siento, sino que en este último mes me lo han demostrado como nunca, superando incluso mis expectativas.

Sois mi gran tesoro, mi mayor tesoro. Más que mi música, más que cualquier amor que pueda haber sentido, más que mis historias y poemas. Sois lo que sois, y espero poder devolveros todo esto que me estáis demostrando, cuando llegue el momento. Prometo que estaré ahí.

Gracias


~Always

jueves, 7 de noviembre de 2013

Sin más



Si al anochecer de un día dormido
encuentras soledad en tu cama,
sabe que yo quisiera ser el brazo
que cálido abrace tu espalda.

Si al caminar por las calles perdida
del otoño ves las hojas caer,
sabe que yo quisiera ser el viento
que las haga volar donde estés.

Si al cerrar los ojos cansada
no sabes bien en qué creer...
sabe que yo quisiera ser aquello
que por dentro te haga crecer.

Y si en algún maldito momento
una lágrima te quisiera salir,
sabe que yo seré un intento tras otro
de conseguir hacerte reír.

Y si en algún ahogado momento
no sabes dónde poder huir,
sabe que no te irás sola
sabe que yo estaré ahí.
sabe que ya no habrá mundo
en el que me aleje de ti.


A veces un poema no necesita de metáforas ni de enrevesadas ideas y versos. A veces un poema es simplemente decir sin más lo que se lleva dentro.


~Always


lunes, 4 de noviembre de 2013

Árboles

Es una comparación un tanto extraña, pero todos somos árboles. Todos tenemos unas raíces, todos tenemos un tronco, la base de lo que somos; y todos tenemos ramas, que a veces se rompen o simplemente se caen, y otras salen nuevas y fuertes.



Yo soy como soy, y puedo cambiar pequeñas cosas, puedo dejar crecer ramas nuevas y dejar salir más flores y hojas de las que nunca había tenido, puedo dejar caer las ramas viejas o las ramas que ya no me sirven, pero al final del día, lo que no puedo cambiar es el tipo de árbol que soy.

¿Y qué si te echo de menos más de lo que sería normal pensar? ¿Y qué si todos los días pienso en ti y recuerdo esos días de verano? ¿Y qué si no quiero dejarlo ir, si sólo quiero que esto crezca para ti y para mi?
¿Y qué... si lo único que le pediría ahora a un deseo es poder pasar una noche más abrazado a ti?

No puedo evitar sentir lo que siento, porque no puedo evitar ser quien soy. Pero sí que quiero cambiar algunas cosas de este árbol, y no se me ocurre a nadie mejor para que me ayude que tú.
Has tenido paciencia conmigo, y te pido que tengas aún un poco más, que esperes aún un poco más. Para mi es algo muy difícil y es una batalla que en un día normal preferiría no tener, que preferiría dejar pasar, que preferiría perder para poder descansar. Pero si tú estás aún ahí, entonces cada cicatriz valdrá la pena. Estoy seguro. Muy seguro.


Las veces que una persona lucha no es lo que determina si es un buen luchador. Lo que determina si ha sabido luchar, es el motivo por el que un día decidió que valía la pena lanzarse al ring. Siempre, en toda lucha, hay momentos en los que vas perdiendo, en los que encajas algún golpe que no esperabas, en los que se te nubla la vista y se ve todo oscuro. Y es ahí cuando se descubre quién ha sabido luchar, es ahí cuando recuerdas y te repites a ti mismo el motivo por el que luchas... y si es lo suficientemente bueno, entonces te volverás a levantar, las veces que haga falta, y sacarás fuerzas de donde nunca tuviste.


~Always

sábado, 2 de noviembre de 2013

Ese algo

A veces no entiendes una cosa, te cuesta siquiera hacerte la idea de que pueda tener sentido, de que realmente pueda ser así... esto no tiene por qué ser un problema de entrada, pero se convierte en algo complicado cuando eso que no entiendes choca contigo, con tu manera de ser, con aquello en lo que tú crees. Y sin embargo, hay veces que hay un algo que te empuja a seguir ahí, que no te ayuda a entender, pero sí a aceptar y mantenerte ahí. ¿Ese algo qué es? Quién sabe.


He entrado en el blog convencido de que lo que necesitaba hacer era escribir, desahogarme otro día más dejando plasmado en estas páginas cómo y qué siento. Suponía que como muchas otras veces, al hacer esto me sentiría mejor y podría continuar. Pero me he sentado aquí, delante del ordenador, y la verdad no he sabido sobre qué escribir, porque podría repetir una y otra vez lo que he dicho otras veces, lo que ya he dicho que siento. Pero por muchas veces que lo diga, eso no lo va a hacer más real ni más profundo ni más sentido. 

Supongo que no soy bueno para luchar contra el tiempo, ni tampoco para controlar bien las emociones y sentimientos que me azotan cada día. Supongo que no sirvo mucho para vencer mis miedos, ni para dejar de ser lo sensible que vengo siendo. Supongo que hay muchas cosas para las que no soy bueno y esas cosas cuestan de cambiar. Pero sí que hay una cosa que se me da como a nadie, que siempre acaba saliendo a la luz. 
No importa si cruzo ríos de lava o sendas de zarzas. No importa si camino sobre puñales o si mi dramático yo cree sentir que se me parte el alma. Da igual, porque si realmente tengo ilusión y creo que en la meta hay algo grande, voy a seguir adelante. Hasta el final, hasta que no haya nada más que hacer, hasta que no quede nada más por lo que luchar. Y eso, tampoco lo puedo cambiar.

Hoy ha sido un día extraño, sí. Mi guitarra ha sufrido un percance, y algo se ha roto. Ya no suena igual, ya no suena bien... y la verdad eso me ha dejado tocado. La guitarra, mi guitarra, significa mucho para mi, más que por el hecho de ser un instrumento musical. Pero bueno, estas cosas pasan... y como dicen los psicólogos y filósofos de la vida...

Siempre hay motivos para sonreír. Yo tengo aún uno muy bueno, está lejos, pero lo tengo.

Buenas noches a todos y todas.