martes, 22 de abril de 2014

Un pequeño regalo (14)

No solía levantarse tan temprano, eran casi las 10 y llevaba ya una hora levantado. Estaba en la cocina, terminando de exprimir las naranjas para el batido de fresa y zumo de naranja que estaba preparando mientras tarareaba la melodía de una canción pegadiza que había escuchado cantar a Ayrun el día anterior de camino a casa. Cuando terminó de mezclar el batido lo vertió en dos vasos y los colocó en la bandeja, junto a las tostadas que acababan de salir de la tostadora. Examinó el espesor del batido durante unos segundos. ''Siguen sin salirme igual de bien'' dijo mientras se encogía de hombros y caminaba con la bandeja hacia la habitación de Ayrun. Faltaban cinco minutos para las diez, pero él pensaba robarle esos cinco minutos de sueño, después de todo le estaba ofreciendo a cambio un desayuno en la cama.
Entró sin llamar, la puerta semi-abierta no indicaba que estuviera cambiándose o en cualquier otra circunstancia comprometedora. Despacito apoyó la bandeja en la mesita de noche de su compañera y posó su mano en su hombro, dejándola inmóvil unos segundos. No pudo evitar sonreír en ese instante, y después la despertó, zarandeándola con cuidado y diciendo su nombre en voz baja. ''Ayrun, Ayruuun...despierta, ya es la hora''... Se escuchó un pequeño bostezo y un Ayrun gruñó por lo bajo, apartándose de la mano que le importunaba, pero él volvió al ataque y le profirió pequeños empujones, impidiéndole volver al mundo de los sueños. Finalmente Ayrun se dio por vencida, se incorporó en  la cama, sentándose y girándose hacia su compañero. ''Por qué demonios me despiert-'' pero no terminó la frase, vio por el rabillo del ojo la bandeja y su cara de enfado se moldeó hasta formar una sonrisa que intentó ocultar presionando sus labios y mirando brevemente hacia otro lado. ''Gracias....pero me has despertado igualmente, así que como castigo tendrás que desayunar aquí conmigo'' comentó, moviéndose y dejándole un hueco en la cama. Ella ya se había dado cuenta que había dos vasos en la bandeja, osea que él ya pensaba quedarse, pero igualmente había querido ser ella la que le invitara a ello. Además ella le conocía bien, y no necesitaba más pistas para saber que algo le preocupaba y quería hablar.

Rara vez se le veía preocupado, era capaz de guardar la compostura en casi cualquier situación, podía mentir y fingir como nadie, y aunque con Ayrun nunca le había importado hablar, ella sabía que a veces se guardaba las cosas para él mismo.
Él se acomodó en su cama, apoyando la espalda y ofreciéndole el batido y una muffin a Ayrun. Dio un trago a su batido y carraspeo antes de hablar.
''Ayrun...'' dijo, suviz reflejaba preocupación ''creo que este asunto puede ser más grave de lo que esperábamos. Creo... que deberías marcharte unos días''.

Ayrun le miró pasmada, nunca antes le había sugerido nada similar. ¿Qué podría ser tan grave? ¿Qué le estaba ocultando?....




No hay comentarios:

Publicar un comentario