La Octava parte de la historia. Espero que os guste =)
Delante de
mí había un jardín enorme con muchísimos tipos diferentes de árboles y plantas que además parecían estar totalmente organizados para que el lugar fuera poco
menos que perfecto. En una palabra… era precioso. Aquí sí que supe qué quería
decir...pero no lo dije. – Dios, qué bonito…- fue lo único que fui capaz de
decir. Debió ver en mi cara la sinceridad y lo muy asombrado que estaba porque
ella sonrió orgullosísima. –Es el parque “Copou”, es el más bonito de toda
Rumania, el mejor cuidado- me dijo mientras caminaba al interior y me invitaba
a seguirla con un movimiento de mano. La seguí, todavía maravillado de lo
bonito de aquel lugar. Esas hileras de árboles y plantas que parecían no tener
fin, esas filas de bancos también, donde seguro que mucha gente se tiraba horas
y horas sentados para contemplar ensimismados la belleza del lugar. Podría describir en gran
parte lo maravilloso de aquel lugar, pero si digo la verdad… no creo que
pudiera ser justo, es demasiado bonito para describirlo con tan sólo palabras.
Lo que sí diré es que paseamos largo rato, hasta más tarde del atardecer. Que
caminar con ella por aquel parque fue una sensación que no olvidaré en mi
vida, tanto por el lugar, como por la compañía. Una mezcla que fácilmente me
atrevería a describir como mágica. ¿Que qué pensé cuando nos paramos en mitad
del parque para ver el atardecer? Si aun pensáis que en ese momento yo pensé
algo es que no habéis entendido nada. Yo ahí no pensé… sentí.
Podríamos habernos ido antes, pero el parque es enorme y había mucho que ver y realmente aun no estaba entrada la noche, había que hacer tiempo. En el Copou no sólo hay árboles, también hay pequeños estatuas y cosas así. Y por supuesto… hay fuentes.
-¡Ah!
¿Qué haces?- protesté sobresaltado cuando noté de repente una mano húmeda y
fría en la nuca. Me giré enfadado. Ella se reía con ganas, yo no pude evitarlo,
me reí también. –Jajaja, muy graciosa. Prepárate – y comencé a correr hacia
ella. Ella soltó un pequeño grito e intentó huir corriendo alrededor de la
fuente. Era una fuente con una especie de estatua de dragones por cuya boca
salía agua. Tardé un poco, pero finalmente le alcancé y sin pensarlo ni un momento la
levanté del suelo horizontalmente. -¿sabes dónde vas a ir a parar, verdad? – le
dije sonriendo tranquilamente. Se reía, pero empezó a patalear. – NO. No lo
harás, para Raúl- pero seguía riendo. No pesaba nada, no me costó mucho
acercarla al agua de la fuente, lo justo para que no se mojara, pero que se
pusiera nerviosa. –Sí lo haré. Tú me has mojado, cada acción tiene sus
consecuencias- le dije todavía sonriendo. Alargó las manos y se agarró a mi
cuello, apretándose todo lo que pudo contra mi pecho. Bajó la voz, ya no
pataleaba ni gritaba que la bajara –
Por favor, bájame Raúl-. Me lo dijo bastante tranquila, casi al oído. Un
escalofrío recorrió toda mi espalda. Seguramente fue el agua fría en la nuca, ¿no?.
Suspiré y moví los brazos fuera de la fuente. Se despegó de mí, y todavía en
mis brazos, me miró. Yo le miré. En ese momento no recuerdo en qué estaba pensando, pero fuera lo que fuera ella me despertó del estado de trance. - ¿Me bajas?-. La posé
de nuevo en el suelo y sacudí mi cabeza para despejarme, me había quedado un
poco atontado. Ella se sacudió la camiseta y me miró –Idiota-. Reí. Ella
comenzó a caminar, la seguí y salimos del parque.Podríamos habernos ido antes, pero el parque es enorme y había mucho que ver y realmente aun no estaba entrada la noche, había que hacer tiempo. En el Copou no sólo hay árboles, también hay pequeños estatuas y cosas así. Y por supuesto… hay fuentes.
Mañana más.
--;@
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