viernes, 22 de febrero de 2013

En silencio por ti (8)

La Octava parte de la historia. Espero que os guste =)



Delante de mí había un jardín enorme con muchísimos tipos diferentes de árboles y plantas que además parecían estar totalmente organizados para que el lugar fuera poco menos que perfecto. En una palabra… era precioso. Aquí sí que supe qué quería decir...pero no lo dije. – Dios, qué bonito…- fue lo único que fui capaz de decir. Debió ver en mi cara la sinceridad y lo muy asombrado que estaba porque ella sonrió orgullosísima. –Es el parque “Copou”, es el más bonito de toda Rumania, el mejor cuidado- me dijo mientras caminaba al interior y me invitaba a seguirla con un movimiento de mano. La seguí, todavía maravillado de lo bonito de aquel lugar. Esas hileras de árboles y plantas que parecían no tener fin, esas filas de bancos también, donde seguro que mucha gente se tiraba horas y horas sentados para contemplar ensimismados la belleza del lugar. Podría describir en gran parte lo maravilloso de aquel lugar, pero si digo la verdad… no creo que pudiera ser justo, es demasiado bonito para describirlo con tan sólo palabras. Lo que sí diré es que paseamos largo rato, hasta más tarde del atardecer. Que caminar con ella por aquel parque fue una sensación que no olvidaré en mi vida, tanto por el lugar, como por la compañía. Una mezcla que fácilmente me atrevería a describir como mágica. ¿Que qué pensé cuando nos paramos en mitad del parque para ver el atardecer? Si aun pensáis que en ese momento yo pensé algo es que no habéis entendido nada. Yo ahí no pensé… sentí.

Podríamos habernos ido antes, pero el parque es enorme y había mucho que ver y realmente aun no estaba entrada la noche, había que hacer tiempo. En el Copou no sólo hay árboles, también hay pequeños estatuas y cosas así. Y por supuesto… hay fuentes.
-¡Ah! ¿Qué haces?- protesté sobresaltado cuando noté de repente una mano húmeda y fría en la nuca. Me giré enfadado. Ella se reía con ganas, yo no pude evitarlo, me reí también. –Jajaja, muy graciosa. Prepárate – y comencé a correr hacia ella. Ella soltó un pequeño grito e intentó huir corriendo alrededor de la fuente. Era una fuente con una especie de estatua de dragones por cuya boca salía agua. Tardé un poco, pero finalmente le alcancé y sin pensarlo ni un momento la levanté del suelo horizontalmente. -¿sabes dónde vas a ir a parar, verdad? – le dije sonriendo tranquilamente. Se reía, pero empezó a patalear. – NO. No lo harás, para Raúl- pero seguía riendo. No pesaba nada, no me costó mucho acercarla al agua de la fuente, lo justo para que no se mojara, pero que se pusiera nerviosa. –Sí lo haré. Tú me has mojado, cada acción tiene sus consecuencias- le dije todavía sonriendo. Alargó las manos y se agarró a mi cuello, apretándose todo lo que pudo contra mi pecho. Bajó la voz, ya no pataleaba ni gritaba que la bajara  – Por favor, bájame Raúl-. Me lo dijo bastante tranquila, casi al oído. Un escalofrío recorrió toda mi espalda. Seguramente fue el agua fría en la nuca, ¿no?. Suspiré y moví los brazos fuera de la fuente. Se despegó de mí, y todavía en mis brazos, me miró. Yo le miré. En ese momento no recuerdo en qué estaba pensando, pero fuera lo que fuera ella me despertó del estado de trance. -  ¿Me bajas?-. La posé de nuevo en el suelo y sacudí mi cabeza para despejarme, me había quedado un poco atontado. Ella se sacudió la camiseta y me miró –Idiota-. Reí. Ella comenzó a caminar, la seguí y salimos del parque.

Mañana más.

--;@

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