lunes, 3 de febrero de 2014

Sal a gritar, corazón.

Estaba escuchando una canción, una canción que me ha clavado pequeñas agujas de cristal por todo el cuerpo, una canción que he vivido antes, que se ha abierto paso entre mis recuerdos y mi presente, e indiscriminadamente ha apuñalado cada una de las heridas que nunca curan, que siempre salen... pero que dan sentido a una vida. Echaba de menos el llorar sin motivo, el sentir que mi sonrisa se cuela entre mis lágrimas recordando una mirada, una frase, una ilusión.


Ansiando lo que sólo el tiempo ofrece intenté atajar por caminos de tierra mojada. Soñando toda la vida con medias naranjas, fui capaz de exprimir mi zumo por medio limón. Qué triste haber llegado a ser lo que nunca quise ser, qué triste haber plantado flores que no quise recoger, qué triste haber perdido la única que quise tener.
Y ahora, ahora un ángel ha tenido que perder sus alas, un barco se ha tenido que hundir...para que yo haya visto a dónde iba, lugar del que nunca quise saber. Y ahora un hada ha perdido su magia, una rosa perdió su olor... sólo para que yo abriera los ojos, aquellos que yo mismo tapé. 
Espero que ese ángel y ese barco, esa hada y esa flor... pueda recuperar algún día lo que sacrificó por mi, espero que algún día, no importa la espera, vuelva y me abrace con canción. 
No ha sido en vano tu esfuerzo, no ha sido en vano tu dolor. Necesitaba que arrasaras mi mundo, para empezar donde la locura se quedó.

Y así ha sido, que vuelvo a reír con la mirada por una sonrisa, y así ha sido, que vuelvo a vivir de ilusión, que olvido que existe el cielo y la tierra sin su presencia, que olvido que existe algo llamado dolor. No importa entonces dónde vayan los caminos, si suben o bajan, si viran o paran, sólo importa que esté ahí. Así es como lo siento, así es como siento yo. El tiempo ni vuela ni corre, el tiempo es simplemente todo lo que ocurre mientras comparto con ella, mientras siento su calor. 
Y tener esa sensación de que el viento sopla en la otra dirección cuanto más deprisa caminas para llegar a casa y reencontrarte con su voz. Y tener esa sensación de que ya has ganado, sin siquiera haber comenzado a jugar. Esa sensación de luz en una habitación a oscuras, de vaso de agua en un largo día de calor. Esa sensación de poco importan los finales, que el principio todo lo valió. 
Esa sensación de que es injusto...que lo que quiero expresar no puede ser dicho con estas palabras, ni con mi mejor poema, ni mi más sentida canción... esa sensación de que no es justo, que lo único que podría explicarte lo que siento... es lo único que no te puedo dar. Un segundo, un instante, un beso.


No pretendo hablarte ahora de tu risa, ni de cómo me estremezco con tu voz. No pretendo hablarte de locuras, que haría porque tú me das el valor. Simplemente lloraba mi pecho, por no poder salir a gritar, por no poder bailarle en la cara al viento, porque no le dejaba enredarse en el sol.
Y no le importa lo que le digan, ni como le mire el tiempo que atrás dejó. Sólo le importa que ha vuelto a la vida, que aunque no te conocía, siempre te buscó.



Porque esto es lo que antes Raúl era, y esto es lo que nunca volveré a dejar de ser.

No hay comentarios:

Publicar un comentario