lunes, 6 de enero de 2014

Y no que quedé sin vida



Con el sol que en tu mirada anida
se crean hoy mis mejores días,
se tejen mis ansiados sueños
desvanece aquello que ayer temía.

Eres el impulso que da el viento
a la hoja del árbol caída,
eres la gota de agua salada
que recorre tímida mis mejillas;
la nota sol dominante
del arpegio de mi risa,
la única estrella en el cielo
que tenue, sin miedo, ilumina.

Llama que prende a escondidas,
las cicatrices de mis heridas.
Llama que arde voraz
dejando poco más que cenizas.
Cenizas que hielan el alma,
cenizas que pierden la vida,
cenizas que al sentirte cerca,
hacen que como el fénix resurja.

Y si algún día me faltara ese sol,
si algún día cesara ese viento,
si algún día no sintiera esa lágrima
o no hubiera estrella en el cielo.

Y si algún día se extinguiera la llama,
y no quedaran cenizas...
que sea porque mi tiempo acabó
y no que quedé sin vida.


Sólo sabía que quería escribir, no tenía claro el qué, ni tampoco sobre qué exactamente. Simplemente era uno de esos momentos en los que sientes que tienes algo dentro, que notas cada latir de tu corazón...y lo que sentía era tan.. indescriptible, que quería describirlo. No es un poema con métrica ideal, ni son versos de belleza incomparable... son, ni más ni menos, que lo que en este momento sentía. Quizá no esté escrito de manera que se pueda entender, pero tiene un significado. Os invito a que saquéis vuestras propias conclusiones.

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