sábado, 4 de enero de 2014

Si existiera


Mi vida podría cambiar casi por completo en unos días, podría mudarme de ciudad, independizarme, tener un trabajo, hacer nuevas amistades, vivir en un nuevo ambiente... y es algo que realmente me apetece que ocurra, es algo que necesito para poder seguir avanzando y despegarme de las sombras que se han creado en mi de estar siempre bajo el mismo sol.

Y sin embargo, como siempre, lo que me quita el sueño, lo que ronda por mi cabeza y siembra semillas de frío y calor, de miedo e ilusión, no es otra cosa que mi corazón y las personas que hacen que lata con envidiable fervor. 
Y digo personas, porque la verdad es que tal y como han dicho siempre, soy enamoradizo por naturaleza, y me resulta fácil volverme a enamorar una y otra vez. Pero en estos 25 años, he descubierto algo que quizá redefina para mi el significado de la palabra amar... y descubra que amar, no haya amado a tantas como he creído.
Porque la mayoría de esas personas que un día me hicieron crear canciones, me hicieron suspirar perdido en mi almohada, o me llenaron el corazón de ilusión en su momento... la verdad es que al cabo del tiempo dejaron de ser para mí lo que en un principio fueron. Continuaron en mi vida, sí, pero vistas con otros ojos distintos.
Y digo la mayoría...porque quizá haya una que pese a todo, pese al resto de otras chicas que se han cruzado en mi vida, sigue creando esa ilusión en mi cuando nos vemos; sigue abriendo mi mente a nuevas canciones, a nuevos poemas, a nuevas historias; sigue haciéndome querer siempre más, y nunca menos. Una chica que sigue siendo a mis ojos la misma chica que siempre fue, que echo de menos cada día, la haya visto o la deje de ver; que me intriga constantemente y me hace anhelar cada palabra que pueda salir de ella, porque sé que sea lo que sea, me apetece escucharlo. Y sobretodo, porque por encima de todo lo demás, no puedo evitar sonreír cuando algo le va bien, aunque eso la aleje un poco más de mi.

Quizá eso sea el verdadero amor, y quizá entonces no haya amado tantas veces como mis poemas, canciones y relatos sugieren. Quizá eso sea lo que de verdad significa el amor verdadero, el más fuerte, el más puro, el que ni las más versadas palabras sería capaz de describir con justicia. Quizá sea por eso que los demás sentimientos acaban difuminándose en el tiempo hasta convertirse en lejanos recuerdos, y sea por eso también que hay una persona que no puedo olvidar jamás.


O quizá sea todo tonterías, y cada uno tenga una manera de sentir, vivir, y crear el amor. Cada uno o cada dos, porque al menos eso resulta indiscutible, que para que haya amor, tiene que haber dos. Podría ser que fuera así, que lo más que pueda sentir uno, sea lo mínimo que pueda sentir otro, o viceversa. Podría ser también que algunos tengan dentro una capacidad de amar más simplificada o que al contrario, tengan una concepción subconsciente del amor tan compleja y complicada que sólo se enamoren una vez en la vida.

Quizá.. quizá. Y quizá, si esa chica que he dicho existiera, quizá entonces yo podría ser un poquito más yo y encontrar en ello la felicidad. Pero no, no existe.


O sí...?

Está claro que escribir a las 7 de la mañana no es precisamente lo más recomendable para la lucidez mental, y a pesar de ello, suele ser a altas horas de la noche cuando realmente siento que me apetece plasmar en palabras lo que mi corazón susurra a mi mente. 

Sue me, bitches.

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