Le rodeó con sus pequeños brazos, lentamente, como si el mero hecho de estar en el proceso de dar el abrazo ya fuera algo merecedor de disfrute y gozo. Sabiendo que existen muchos tipos de abrazo, pero que ninguno es tan grande como aquel que sale espontáneo, de repente, sin que ni tú ni la otra persona lo espere. Esos abrazos, son del alma, y este abrazo era sin duda uno de esos.
Él devolvió el abrazo, rodeándola a la altura de los hombros y apoyando su mejilla en su cabeza, una explosión emocional ocurrió en su interior, quizá llevaba tiempo esperando ese abrazo...y hasta ese momento ni siquiera había sido consciente de ello, pero las lágrimas que no pudo contener y que adornaban ahora el pelo de ella como gotas de rocío evidenciaban que había estado guardando mucho, y durante mucho tiempo.
Ella notó las lágrimas colándose entre su pelo y mientras le estrechaba con más fuerza con su cara hundida en su pecho, sonrío aun sabiendo que nadie, ni siquiera él, le podía ver. Sonrió de tal manera que temblaron todos los cimientos del miedo, haciéndolo desmoronarse y desaparecer de su vida por completo durante aquellos segundos. Sonrió como lo hace aquel que encuentra su hogar de nuevo, como aquel que por fin se decide a completar su vida, a hacer lo que tendría que haber hace ya tiempo, aquel que se encuentra así mismo.
Respiraron al mismo ritmo, al mismo único y solitario compás que dio lugar a una melodía inaudible para el resto de la humanidad. Hincharon el pecho al tiempo, sintiendo los latidos el uno del otro, cada uno a su ritmo, pero caminando por el mismo camino. Y por fin, se separaron, lentamente, casi con miedo de que nunca más pudiera repetirse algo semejante, algo tan especial.
Ella se mordió el labio sonriendo, negando con la cabeza, mientras veía cómo él se secaba las lágrimas de los ojos. Él no pudo evitar reírse de su propia reacción al momento, enrojeciendo por haber sido el que llorara, sonrojado por el simple y mero hecho de haberse sentido tan unido y cercano a ella, como nunca lo había sentido antes.
-Tenía tantas ganas de que vinieras- dijo ella.
-Tenía tanto que ganar viniendo- dijo él.
Porque un "abrazo" puede ser sólo 1...o 407 palabras.
P.D: No puedo irme sin dedicarle la entrada de hoy a "scratchy", por esas palabras tan especiales que me ha brindado. Thank you ;)
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