Cuando llegó el ascensor comenzó a sonar una canción que, aunque llevaba poco escuchándola, le encantaba. En el sentido literal de palabra, conseguía abstraerle del mundo y perderle en sus sentimientos.
Se ajustó el auricular a la oreja derecha y entró en el ascensor, marcando el 13 y apoyándose en la pared con los ojos cerrados, cantando en voz baja la canción, inundando rápidamente el pequeño habitáculo de un silencio que sólo se logra cuando se canta ese tipo de canción. A medida que la canción avanzaba los sentimientos iban expandiéndose por su interior, y las imágenes iban formándose en su cabeza, primero un poco borrosas, y luego nítidas como si las tuviera justo delante.
El ascensor chirrió al pasar por el cuarto piso, como de costumbre, y siguió subiendo a su ritmo, sin pausa, sin prisa. Él se irguió por un instante a causa del chirrido, pero se volvió a relajar acto seguido dejándose atrapar más profundamente por la canción, perdiéndose, en su imaginación, por las curvas de una sonrisa y la luz de una mirada que había encontrado de casualidad.
En el piso 10, el ascensor se tambaleó brúscamente, y junto con el chirrido que se ocasionó, le hizo perder la respiración durante una fracción de segundo y abrir los ojos de par en par. Entonces lo notó, notó la fuerza de la gravedad amarrada a su cuerpo decidida a arrastrarlo a toda costa, sin piedad... y supo lo que venía a continuación.
Cerró los ojos de nuevo, y se perdió en la canción una última vez para recordar aquella curva y aquella luz... y mientras el ascensor caía, con su voz y una sonrisa acompañó al final a la canción dejando flotar en aquel pequeño habitáculo su único lamento.
"I'm sorry I couldn't get to you..."
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