miércoles, 3 de diciembre de 2014

Me debes un baile.

Él la cogió del brazo antes de que se fuera del todo.

-"Espera, no te puedes ir así"
- "Así ¿cómo?"
- "Me debes un baile...."
- "Pero no hay músi-" derrumbó la frase ante su mirada. Una mirada que podría no haber significado nada en absoluto, pero en aquel momento lo dijo todo.

Deslizo su mano por el brazo hasta cogerla de la mano, mientras ella se acercaba sonriendo y negando con la cabeza pensando "maldito loco". Él le paso la otra mano por detrás de la cintura, un poco más alto, casi a media espalda. Ella se dejó coger, y suspirando le agarró de la cintura. Miró hacia arriba, donde él se esforzaba por aparentar serenidad, cerrando los ojos para tomar aire, cuando todo su ser interior se sentía un flan. Para cuando abrió los ojos, ella ya había escondido su mirada. "Cuando digas" dijo ella irguiéndose muy teatralmente. El asintió con la cabeza... uno... dos... tres. Y sin decir palabra, los dos supieron que era el momento y comenzaron a moverse en perfecta sincronía, como dos relojes a punto. Hay un silencio sepulcral en la calle, ni un sonido, y sin embargo ellos dos parecen estar bailando al son de una canción, de la misma canción. Sus pies se movían en círculos, mientras sus cuerpos, con su vaivén, acompañaban a una oculta melodía que nadie podía escuchar. De pronto, él la despega de su cuerpo con suavidad, alzando su brazo y trazando un pequeño círculo en el aire que ella acompaña, sonriente, con todo su cuerpo...

Y aunque nadie lo podría creer jamás...ahí estaban, bailando, como dos estrellas que caen del cielo y se entrelazan a media caída. Como dos gotas de agua que se deslizan por la mejilla hasta juntarse en la misma barbilla. Y ahí estaban, bailando, la misma canción, porque en su cabeza sonaba la misma melodía.

Ese día, por unos minutos, la magia volvió a existir.

Si comentas, me debes un baile.  

1 comentario:

  1. Ains... este relato es muy tierno y me recuerda a los relatos en los que "bailo" con mi ángel jajaj

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