Creo que
conocer gente es lo que realmente hace de la vida una historia para
recordar. Es lo que de verdad te hace crecer como persona, lo que nos
vuelve más sabios.
A veces
nos cruzamos en nuestra vida con la persona adecuada en el momento
adecuado, y nos hace entender algo que hasta entonces nadie nos había
sido capaz de hacer entender. Quizá simplemente nos recuerde algo
que ya sabíamos, pero teníamos olvidado.
Esas personas no
siempre se quedan, simplemente están de paso, a veces unos minutos
únicamente y otras veces años. Pero el caso es que ahí están.
No hablo
de amor, ni de amistad, ni de nada parecido. Hablo únicamente de
personas y lo que nos pueden aportar en un momento dado. Yo soy de
los que piensa que cuando conocemos a alguien podemos elegir si
queremos que esa persona aporte algo a nuestra vida o no. A veces
somos tan cerrados a los demás, a abrirnos a otros, que perdemos la
oportunidad de aprender o descubrir cosas realmente interesantes...
incluso sobre nosotros mismos. A veces es esa persona que de repente
aparece en tu vida la que puede darte el empujón que necesitabas, o
hacerte ver lo que hasta entonces se te escapa. No se trata de hacer
caso a todo el mundo, sino de no descartar la posibilidad de alguien
pueda cambiar tu vida para bien.
Mucha
gente ha pasado por mi vida de manera temporal, y algunas de esas
personas me han aportado cosas que otros que conocía de años no han
podido. Simplemente porque he sido capaz de no poner un muro entre la
gente y yo. Y al revés igual, he pasado por la vida de gente de
manera fugaz, y alguna vez, cuando lo han permitido, he podido
cambiar algo en sus vidas, o ayudarles a tomar una decisión
importante. Incluso en un lapso de tiempo tan fugaz como el de un
viaje de tren desde Nuevos Ministerios hasta Sta Eugenia.
La gente
es interesante, la gente tendrá su lado exterior, pero también su
lado interior que es el que trae esas cosas que nos unen a todos, esa
humanidad encerrada en las vivencias que hemos experimentado cada uno
y que nos permiten sentir afinidad con otras personas. Es cuando
llegas ahí, cuando una persona te hace crecer como persona, te hace
más sabio.
Yo creo
que hay que dejarse llevar un poco más por las ganas de conocer, y
un poco menos por el miedo a lo que no conocemos. Creo que hay que ir
más hacia el riesgo de algo que podría hacernos feliz, que hacia la
seguridad de conformarse con quedarse sentado esperando.
Sinceramente, prefiero pasar la vida acertando e equivocándome, que
solamente esperando. Y cuanta más gente pasa por mi vida, más
convencido estoy de ello.
Esas personas no siempre se quedan, simplemente están de paso, a veces unos minutos únicamente y otras veces años. Pero el caso es que ahí están.