sábado, 15 de agosto de 2015
entonces ¿Qué?
Puede que esté loco. O que simplemente tenga un trastorno considerable emocional que haga que tenga estos altibajos que dan tantos tumbos a mi corazón que el pobre hay días que no sabe ya si va o si viene. Puede que sea algo excesivo, que debiera de ir al psicólogo para que me tratara de hacer controlar estas emociones y sentimientos. Os lo juro, a veces se sienten tan imparables como un tren contra una pared de papel. A veces, hasta yo mismo me asusto de lo intenso que puede llegar a ser. Es cerrar los ojos, revivir un sólo momento en una imagen, y me explota por dentro un fuego que me eriza hasta los pelos de la nuca.
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