viernes, 25 de octubre de 2013

Corazón que late, corazón que siente.


Es indiscutible, un corazón que late, es un corazón que siente. Porque sentir va de la mano con ser humano, con estar vivo. Y aunque una persona sólo deja de sentir cuando su corazón deja de latir... aún me atrevería a decir que cuando una persona deja de sentir... también deja de vivir.


A quién vamos a engañar a estas alturas, ¿verdad? Soy muy sentimental, y siempre he creído que no había nada de malo en sentir sin límite, en sentir al extremo. 
Siempre he defendido que yo era como era, creyendo que no había nada de malo y que seguro que así es como yo debía ser...pero ayer, después de 25 años, -alguien- y -algo- me abrieron por fin los ojos.
Como con cualquier cosa para la que no estás preparado, me costó asimilarlo, me costó aceptar que aquello era una realidad. Era tan parte de mi, de quién soy, que realmente nunca me había parado a pensar que pudiera estar haciéndome mal. Pero sí que lo hace, y aunque llego un poco tarde, nunca es demasiado tarde para cambiar.

Hay ocasiones en las que hay que dejarse llevar, eso no lo negaré jamás, hay veces en las que hay que arriesgar, dejarte guiar por tus sentidos y tus emociones... pero "dejarse llevar", "dejarse guiar", no significa lo mismo que "dejarse controlar".
No te hace menos humano controlar un poco lo que sientes. Simplemente me hará vivir en el mundo real, que es el mundo en el que vive la gente que me importa y que quiero, que es el mundo en el que vives tú, y es en ese mundo en el que quiero estar.

No espero que ocurra un gran cambio, voy a seguir queriendo, voy a seguir emocionándome con las canciones bonitas, voy a seguir queriendo arrancar canciones de mi guitarra y voy a seguir escribiendo y haciendo las cosas que me gustan hacer...pero ahora sabré que el que lleva las riendas de mi vida soy, y no lo que siento.


Buenas noches a todos y todas, y no dejéis nunca de sentir, ni tampoco de vivir en el mundo real.

~Always~

No hay comentarios:

Publicar un comentario