lunes, 29 de abril de 2013

Una


Después de un tiempo sin escribir... aquí estoy de nuevo. No sé si alguien habrá echado en falta mis palabras, poemas o reflexiones, pero la verdad es que ha sido todo tan confuso para mí durante estos últimos días y semanas que aunque tenía muchísimas ganas de escribir nunca conseguía avanzar del papel en blanco.


Es bastante difícil de reconocer, pero siento que no pertenezco a ningún sitio. Aunque en verdad no es la expresión correcta, porque yo no creo en lugares ni sitios, sino en personas  y su compañía. Personas que yo entendía que debían estar siempre a mi lado han desaparecido sin dejar más rastro que una fina capa de polvo de recuerdos, personas que yo creía que serían la sonrisa mía de cada amanecer se han perdido en la noche infinita sin dejar un haz de luz que pueda seguir. Y mentiría si dijera que cada una de estas personas no se ha llevado consigo una parte de mí.
¿Dónde está mi vida? ¿Está en Valencia? ¿Está en Bronchales? ¿Está en Madrid? ¿En algún lugar y/o momento que aún tengo que descubrir?.
Cuando eliges algo, normalmente estás dejando atrás infinidad de oportunidades de carácter irrecuperable. No es como elegir si comerme un helado de nata o uno de chocolate, porque siempre me puedo comer los dos. 
"Ve donde haya trabajo" me han dicho por ahí. Claro, me puedo ir a Canadá, a Alemania o a cualquier ciudad de España donde tuviera la suerte de encontrar un trabajo. Pero.. es que mi vida no gira alrededor del trabajo, no creo ni quiero que sea ese el eje que deba conducirme a un sitio u otro.
Quiero vivir donde sea feliz y entonces trabajar, aunque sea en condiciones menos favorables, pero en un sitio donde tenga cosas que hacer, donde tenga gente con la que compartir, donde cuando no esté trabajando vaya a poder reír y decir "qué a gusto estoy aquí".

Llevo tiempo dejándome llevar por mis sentimientos, y hasta hoy siempre lo he hecho de una manera desmedida y sin control. Obviamente, y no hacía falta ser muy listo para darse cuenta, eso no podía ser bueno. Ningún extremo lo es. Pero no hay peor ciego que el que no quiere ver, y a mí me parecía una idea única, romántica, idealista y muy especial de vivir la vida, quería ser así, quería forzarme a querer ser así... y durante un tiempo había conseguido engañarme a mí mismo.
Yo antes no era así, antes sí que era único y muy especial, porque era exactamente como yo quería ser sin importarme ni la opinión de los demás ni lo especial que pudiera parecer.
Así que vuelta a ser como "antaño", vuelta a ser yo, por fin... Y a disfrutar de cada regalo que me de la vida, sea una sonrisa, una mirada, una canción o simplemente un fortuito error.
Aunque eso sí, sea como sea, hay cosas en mí que nunca han cambiado, y nunca cambiarán. =)


~Una~

Una estrella que sonríe
justo antes de morir,
que ilumina cada noche
sin saber cuál será el fin
de la luz que me acompaña
allá donde quiero ir.

Una nube que acaricia
lluvia y rayos de sol,
que se presta como almohada
al cansado corazón,
que busca entre sus formas
lo que en secreto olvidó.

Una ola que columpia
con su continuo vaivén
cada recuerdo perdido
allá donde quiera que estén,
que me empuja hacia la playa
donde yo espero que estés.

Una llama que en silencio
escucha el crepitar del fuego,
que nació de una chispa creada
por un afortunado momento
donde se juntaron una ola,
una nube y una estrella
en la abandonada mente
de este risueño poeta.








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