sábado, 4 de mayo de 2013

Porque sí.




+ "Estoy hiper-activo ahora, voy a llegar y voy a jugar al ordenador"
- "¡No! ponte a escribir..."


Y con estas palabras una sonrisa arrancó de dentro de mi alma y una gran verdad acudió a mi mente como una revelación:

Cosas como la de este jueves son las que me hacen disfrutar de la vida y ser feliz. Esa compañía, ese reír sin parar y hacer reír, esas bromas y tonterías que en cada una de sus expresiones derrochan cariño. Quizá haya sido suerte, o quizá mi don sea tan real como el agua que bebemos, pero el caso es que de alguna manera me he rodeado de gente que no podría ni querría cambiar por nada. 
He pensado y observado, y he aprendido que cada una de estas personas me aporta una cosa diferente, desde una confianza extrema y sin "peros", hasta unas ganas irrefrenables de comerme el mundo y dar lo mejor de mí. Está claro que como personas, nuestras vidas tienen que girar en parte al rededor y conforme con la vida de otras personas, esa es nuestra condición humana. Yo no podría estar más contento de las personas con las que he elegido girar, avanzar y vivir.

Y como siempre y hasta el día que me muera... mi corazón sigue latiendo algo más que sangre:


Tras una cortina de lluvia salada
encontré el tesoro perdido de tu mirada,
huyendo de la luz de las mentiras
escondido entre muros de luna helada.

Entre mis dedos cansados de escarbar
entre recuerdos anclados al olvido,
se escurre la arena de tu triste playa
donde planté esperanza dolido.

¿No crees que si las nubes pudieran soñar

querrían ser algo más que lluvia?
¿Qué si los ríos pudieran pensar
querrían poder correr hacia arriba?

Ya es hora de cerrar los traicioneros ojos

que no dejan oír el latir de tu corazón,
que no dejan oler el perfume de nuestras miradas
que no dejan sentir el tacto de las palabras.

Ya es hora de cambiar de barco,
de dormir sobre las olas sin temer,
de acercarse al misterio y la aventura
de intentar volver a saber ver.

Y donde el sol y la luna se juntan,
sentado al final del mar,
espero que un día cierres los ojos
y ya no mires atrás.
Que cojas mi mano con fuerza,
me prohíbas dejarte escapar,
roces con tus labios mi alma
y volvamos a saber qué es amar.



Porque nunca hay que dejar de ser sincero con uno mismo. Porque no sirve de nada intentar huir de lo que tú sabes que es la verdad.

Porque los sueños son la base de las ilusiones, y las ilusiones la base de la vida.                                  Porque no tener miedo a volver a caer me hace grande...


Este poema va totalmente por ti.

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