lunes, 2 de noviembre de 2015

Despierta.

Ésta va a ser una entrada difícil, quizá la más difícil para mí de todas las que he escrito.

Hoy han pasado dos acontecimientos a priori inconexos, pero que juntos han tenido un impacto en mí mayor al que ha tenido cualquier desamor. Sin dramas ni chorradas, me ha hecho corregir una parte dañina de mí mismo, me ha hecho cambiar.
Hoy una persona nueva ha entrado en mi vida, y otra ha decidido decirme adiós, literalmente hablando.

Nada más verme hoy, mi prima me ha puesto su bebé de 3 meses en los brazos. "Es tu tio Raúl" ha dicho. Nunca antes había cogido un recién nacido, y menos uno tan cercano en cuanto a familia se refiere. Ha sido tenerlo en los brazos, sentir algo tan pequeño y frágil, que está lleno de vida... y se me han roto todos los esquemas mal montados que tenía en la cabeza y me ha venido a la mente la persona que, horas más tarde, me iba a decir adiós definitivamente. He visto como uno puede estar tan ciego ante sí mismo, que es capaz de destrozar las cosas que más aprecia por simples tonterías que no tienen ninguna importancia. He visto que hacemos muchas más cosas mal que bien, y esto es precisamente porque pocas veces nos da por corregirnos y aprender.
Perdonadme si no escribo como otras veces, si se tambalean las palabras y algunas frases no terminan de encajar. Pero es que lo que escribo normalmente no me vale hoy para expresarme, y realmente lo tengo que expresar.

No se trata de seguir a ciegas en la misma dirección, eso no es determinación, eso es estupidez. Las curvas se inventaron para dar los giros necesarios. En la carretera y en la vida, si no todo sería linea recta. No se trata, repito, de seguir siendo uno mismo a toda costa, sino de mantener tu actitud y tu originalidad siempre que no te haga daño a ti mismo. No hay que tener miedo a cambiar cosas que pensábamos que eran inamovibles y que tenían que ser parte de nosotros sí o sí. 


Desde aquí, quiero decir 3 cosas que creo que pueden ser importantes para personas, y que ojalá me hubiera aplicado a mí mismo hace tiempo:

1- Sopesa bien las cosas que importan y las que no. El corazón no es una balanza reglamentaria, está trucada por tus emociones y desvirtúa el resultado. Porque te duela en el corazón, no significa que sea algo realmente importante, y de la misma manera, porque no sientas nada, no significa que tengas que prestarle atención. 

2- Cuida a la gente que te importa. No hoy y dentro de 3 semanas. No llamando de repente  e intentando tener un detalle especial. Cuando dos personas se importan mutuamente lo único importante es que se tengan en consideración. Importan más los hechos que las palabras, e importa mucho más ver un cambio en alguien, que escuchar un gracias. Nadie es perfecto, es cierto, pero la actitud lo es todo ante los errores y la vida. 

3- Nunca olvides que "demasiado tarde" sólo vale para describir el pasado. Nunca el presente, y mucho menos el futuro. "Demasiado tarde" es la excusa de los que se niegan a cambiar, o peor aún, reconocer que deben cambiar. Puede ser demasiado tarde para dejar de beber antes de vomitar, pero no es demasiado tarde para controlar la próxima vez. Puede ser demasiado tarde para corregir una acción que ya has hecho, pero no es demasiado tarde para pedir perdón y enmendar el error. Quizá los resultados no son los mismos que si hubieras actuado -antes de-, pero sigue habiendo resultados, no lo olvides.

Así que despierta, si es que estás dormido, como hasta hace unas horas lo estaba yo.



Una última vez, te tengo que dar las gracias.


No hay comentarios:

Publicar un comentario