miércoles, 11 de septiembre de 2013

Celos de mí mismo.



Es curioso, porque los dos pequeños poemas (por llamarlos de alguna forma) que hay aquí debajo son dos pequeños textos que escribí hace un par de meses, que encontré ayer y no reconocí como míos, hasta tal punto que me dio rabia y celos que no fueran míos y que a la persona a quien se los habían dedicado les hubiera gustado.

Esto que a simple vista puede parecer una chorrada, para mí significa mucho. Significa que hubo un momento en el que sentí algo que me llevo a escribir esas cosas, y significa que al leerlo y no identificarlo como mio... dejé de sentirlas también.



1- Un paisaje borroso, un camino sin final, una noche sin estrellas ni luna que ver en el mar. Escondido tras el viento de las palabras, queda oculto el orar de mi corazón. Tras las trincheras del miedo, tras los latidos de tu canción. Donde sueño que un día me adentro, donde un día perdí la razón.





2- Si una lágrima en tu rostro se posara, y temblorosa por tus mejillas rodara, alcanzando así la comisura de tus tristes labios... no habría distancia suficiente para impedirme llegar a ti y secar tus penas con la sonrisa de mis palabras.



Pero cuando hace viento, es fácil remontar el vuelo de nuevo.

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