Entiendo
que te fueras, comprendo los motivos, incluso aquellos que nunca se
dijeron y quedaron a merced del olvido en el fondo de ti.
Comprendo mis errores, mi equívoca motivación, mi falta de comprensión.
Así que no solo entiendo que te fueras, sino que además lo apoyo.
Lo que no consigo sobrellevar, es que no vuelvas, o peor aún, que no
quieras volver.
Después
de tantas horas, tantos recuerdos y canciones. Después de tantos
viajes, tantos esfuerzos por regalarnos unos minutos más.
Hicimos grandes cosas pequeñas, vivimos de forma distinta momentos
banales. Pero sobretodo, creamos. Creamos cientos de historias, algunas
reales y otras no tanto; creamos magia, unas veces de letra y otras de
tan solo un instante; creamos algo, para los dos, un algo sin nombre y
ajeno al paso del tiempo, un algo que debía estar para siempre... Porque
tanto tú como yo, lo habríamos querido así en su momento.
Y
a mí, a mí se me parte el alma solo de imaginar que no se puede recomponer el
puzzle. Sabía que eras de muchas piezas, y que eran de difícil encaje,
incluso algunas eran cambiantes. Sabía que tardaría toda una vida en
entenderte del todo, pero estaba dispuesto a esperar si mientras podía
seguir aprendiéndote día a día.
Solo
espero que te des cuenta de lo mucho que has sido para mí, de lo mucho
que me has importado... y que sepas que pase el tiempo que pase, aquí te
seguiré esperando.
Y ojalá un día me hables tú, y pueda empezar una nueva historia con la misma letra pero distinto final. O mejor aun, sin final.
Ojalá vuelvas.
Entiendo
que te fueras, comprendo los motivos, incluso aquellos que nunca se
dijeron y quedaron a merced del olvido en el fondo de ti.
Comprendo mis errores, mi equívoca motivación, mi falta de comprensión.
Así que no solo entiendo que te fueras, sino que además lo apoyo.
Lo que no consigo sobrellevar, es que no vuelvas, o peor aún, que no
quieras volver.
Después
de tantas horas, tantos recuerdos y canciones. Después de tantos
viajes, tantos esfuerzos por regalarnos unos minutos más.
Hicimos grandes cosas pequeñas, vivimos de forma distinta momentos
banales. Pero sobretodo, creamos. Creamos cientos de historias, algunas
reales y otras no tanto; creamos magia, unas veces de letra y otras de
tan solo un instante; creamos algo, para los dos, un algo sin nombre y
ajeno al paso del tiempo, un algo que debía estar para siempre... Porque
tanto tú como yo, lo habríamos querido así en su momento.
Y
a mí, a mí se me parte el alma solo de imaginar que no se puede recomponer el
puzzle. Sabía que eras de muchas piezas, y que eran de difícil encaje,
incluso algunas eran cambiantes. Sabía que tardaría toda una vida en
entenderte del todo, pero estaba dispuesto a esperar si mientras podía
seguir aprendiéndote día a día.
Solo
espero que te des cuenta de lo mucho que has sido para mí, de lo mucho
que me has importado... y que sepas que pase el tiempo que pase, aquí te
seguiré esperando.
Y ojalá un día me hables tú, y pueda empezar una nueva historia con la misma letra pero distinto final. O mejor aun, sin final.
Ojalá vuelvas.
Ojalá vuelvas.