tan, tan, tan....
Se ajustó las gafas y bebió con tranquilidad un poco de agua. Hacía mucho calor y sentía cómo las ideas se le derretían en la cabeza si no se mantenía hidratado. Hacía tiempo que no le escribía, hacía tiempo que se guardaba para dentro lo que sentía. También es cierto que hacía tiempo que habían dejado de ser lo que eran. ¿Significaba aquello que había perdido el derecho de decirle lo que pensaba? Ese día, a esa hora, y en ese preciso momento... esa cuestión le dio totalmente igual, y con la mirada perdida en su interior, comenzó a teclear:
"Me he puesto frente al teclado con la intención de escribir algo de adentro, de expresar con palabras qué es lo que siento ahora mismo. Había pensado escribir un poema, algunas metáforas ya habían comenzado a abrirse paso en mi mente, algunas rimas ya estaban emparejándose tímidamente sin apenas conocerse aún... pero de pronto, un viento fuerte proveniente de algún rincón desconocido, ha hecho volar toda esa idea, ha hecho volar pareados y sonetos.
No poesía, no letra de una canción; no existe ningún tipo de melodía o palabras que puedan hacer sentir lo que quiero expresar. No existe ninguna, porque en el momento que intente contener todo el significado de lo que siento dentro de cualquier cosa, sea canción, poema o palabras, en ese momento dejará de ser lo que es. En el momento en que intente describirlo y transmitirlo tal y como es... dejará de ser lo que es. En el momento en el que yo crea de verdad que puedo expresar con exactitud lo que palpita en mi pecho, dejará de ser lo que es.
Porque es tan grande que no se puede retener, es tan complejo que no se puede reducir, tan complicado que no se puede explicar, tan mágico que no hay lógica que se le pueda aplicar, tan distinto que parece lo mismo de siempre, tan único que nunca antes lo había llegado a ver, tan extraordinario que que te deja sin palabras, tan excepcional que no tiene comparación, es tan, tan, tan... tú.
Te quiero"
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