Aun hace eco en mi mente tu risa
y ven mis ojos en los tuyos el sol brillar,
mientras caminando al son, sin prisa,
escucho tu voz empezando a cantar.
Todo mi cuerpo atento a tus notas,
toda mi mente perdida en tu ser.
No había nunca escuchado antes
un sonido que hiciera vibrar mi piel.
Fuiste la reina del mundo,
de aquel que yo quise tener.
La dueña de mis suspiros,
de mis lágrimas, de mi querer.
Fuiste la leve brisa de viento
que devolvió ilusión a mi vida,
aquella que hizo se tornaran luz
mis más oscuras pesadillas.
Fuiste tanto, todo, y más.
Mi noche y día, por igual.
Mi luz, mi sombra, mi lugar.
Fuiste tanto...y ya no estás.
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